Hace un par de años tuviste la deferencia de invitarme a acompañarte cuando te entregaron el Premio Quevedos del Humor.
En el Patio de los Filósofos de la Universidad de Alcalá de Henares, cuando nos conocimos personalmente, rodeados de algunos de los más grandes humoristas gráficos de España que acudieron a homenajearte como te merecías, me trataste como uno más. Me hablaste de la profesión y me sorprendiste hablándome de mi trabajo . El encuentro fue breve debido a las circunstancias y nos emplazamos para una próxima ocasión con más tiempo y menos protocolo.
¡Maldita sea, Antonio! ¡El tiempo no nos lo ha permitido! Nunca olvidaré lo mucho que me enseñaste en esos minutos contigo. Por encima de todo: la humildad.
Ahora contarás la Historia De Aquí desde allí, Antonio.
Un abrazo a la familia, a los amigos y a los compañeros de profesión.
Yo no te olvidaré jamás.
D.E.P. Forges
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